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8/6/13

La Venezuela que quiero...





La Venezuela que yo quiero, la que espero y por la que intento luchar es una Venezuela donde los niños sean sólo eso: Niños.
Que no deban salir a pedir o trabajar. Que no les falte la buena comida y la linda escuela donde aprender y donde e
jercer su infancia sin importar el estrato social al que pertenezcan.

La Venezuela que quiero es aquella donde maestros y profesores, junto a los policías, los bomberos y los trabajadores del sector salud (todos, desde la enfermera auxiliar hasta el Jefe de especialización) ganen los mejores sueldos. Iguales o incluso mejores que los de cualquier diputado o ministro.

La Venezuela que quiero es una Venezuela con escuelas y hospitales a granel, pero todos de primera. Con vías en buen estado. Con un sistema social justo que garantice justicia social por igual a todo ciudadano se llame como se llame, viva donde viva, pertenezca al grupo social que pertenezca, tenga la tendencia política que tenga.

La Venezuela que quiero es una Venezuela con Poderes independientes. Donde la Justicia no persigue una línea política. Donde las leyes no se hacen en función de una ideología y donde las Fuerzas Militares son realmente garantes de protección para toda la nación y no para una fracción.

La Venezuela que quiero es una Venezuela con autonomía Municipal y Estadal. Con una Constitución que se cumpla por sobre todo y ante todo. Con una conciencia individual al servicio de una colectividad...

La Venezuela que quiero es una Venezuela próspera, con miles de oportunidades de trabajo, de crecimiento , de expansión en igualdad de condiciones para todo el mundo. Y en donde niños y ancianos, puntas de la vida, gocen de beneficios y cuidados.

La Venezuela que quiero es una Venezuela donde salir a pasear no sea una aventura. En donde los criminales estén bajo rejas y los jóvenes encuentren el camino a su realización sin violencias.

La Venezuela que quiero es una Venezuela en donde las familias se reúnan a celebrar graduaciones y no velorios.
Una Venezuela donde las armas a empuñar sean un libro, una película, una obra de teatro, una competencia deportiva,un juego, una escultura, una poesía, una pintura, un trabajo artesanal...

La Venezuela que quiero no es un sueño, no es una quimera. Podrá ser una realidad en la medida que nos mantengamos unidos. Que desde nuestras pequeñas trincheras aportemos todos un granito de arena.

¿Cómo?

Pues educando a hijos y menores a nuestro cargo con conciencia cívica y con sólidos principios morales. Practicando la comunicación verbal como una forma de cohesión y no como un arma para envilecer al prójimo. Inculcándoles que sus derechos terminan exactamente donde inicia el derecho de los demás

Y lo más importante: No desmoralizar ni decaer. No esperar de otros sin antes hacer algo nosotros . Y confiando en quienes hemos elegido como líderes de una resistencia activa y garantes de un principio democrático que queremos rescatar. Esperar y confiar aun cuando todo parezca perdido...

Esta patria necesita del aporte de más de ocho millones de compatriotas. No podemos actuar solos, movidos por rabia o impotencias. Debemos seguir juntos. Y sobre todo: TENER LA MIRADA PUESTA EN UN MAÑANA QUE NOS ARROPE A TODOS Y ALERTAS A SEGUIR LA DIRECCIÓN QUE SE NOS SEÑALE.

¡Unión!

Aún sin medios de comunicación la voz de un pueblo unido se escucha hasta en el último rincón...En la bodeguita, en la parada de carrito, en el Metro, en el mercado...

No es un cliché, es una realidad: "Un pueblo unido, jamás será vencido"

Feliz fin de semana



Aida Beccaria

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Tengo muchas cosas que decir y poco tiempo para hacerlo
¿O será que tengo mucho tiempo para hablar pero pocos recursos para hacerlo?

ADIOS COMANDANTE

Con gran dolor admito que hasta aquí acompañé con ideales de justicia, con emoción de quien cree en la igualdad y en el hombre, al comandante Fidel Castro.
En los años 59 Batista merecía el enfrentamiento que se le hizo. Y luego la alianza con la Unión Soviética era del todo necesaria para poder controlar la amenaza norteamericana.
Posteriormente, muchos años después, mantenerse vivos a pesar del bloqueo salvaje del que todos de una forma u otra hicimos víctima a Cuba, obligaba a querer, admirar y respetar a Castro y el valiente proceso que intentaba llevar a cabo contra todo pronóstico.
Sin embargo, en silencio, ya a finales de los noventa, me he venido preguntando ¿Por qué de nuevo dos Cubas, una para el turista y otra para el residente? ¿Por qué de nuevo el cubano se juega la vida a cambio de un puñado de dólares? ¿Por qué se está prostituyendo de nuevo la mujer cubana?
Las respuestas a éstas y otras muchas dolorosas incertidumbres las he venido escondiendo con vehemencia dentro de mis vísceras. Yo deseaba y necesitaba creer que para todo había una razón. Y que Cuba me demostraría y le demostraría al mundo que continuaba siendo un estandarte de justicia e igualdad. Que esa isla pequeña y hermosa continuaba siendo el único freno real contra el salvajismo plenipotenciario de Estados Unidos de Norteamerica. Y que este "desliz" con el que yo cuestionaba mis propios ideales era temporal.
Me repetí a mi misma centenares de veces que quizás, motivados por el bloqueo y la supervivencia se estaban cometiendo algunos errores. Pero que no tardaría en llegar de nuevo el día en el que Cuba sin equívocos demostrara que había vuelto al camino de la justicia social.
Pero ese día de gloriosa justificación no llega... Y muy por el contrario, la tiniebla parece cubrir cualquier esperanza. Ya no brillan más estrellas en el cielo de la justicia cubana. No más Ojedas, ni Balmacedas ni Guevaras. Los ideales por los cuales durante décadas se luchó, están reventando uno a uno como ídolos de barro.
Una mañana nos despertamos muchos aceptando que ya sólo nos quedaba entre las manos trazos de lo que una vez fuera verdad...
Y así, con profunda tristeza admito que Cuba perdió el norte...O el "Norte" logró finalmente que se perdiera Cuba... No lo sé. Lo único que tengo claro es que si bien la política norteamericana continúa siendo genocida, dominante y hegemónica, no deja de ser menos cierto que la insolente y anacrónica perpetuidad anidó en la política cubana.
Por eso este adiós humilde. Un susurro que uno a las voces de los que hoy se sorprenden diciendo "¡Hasta Aquí!"
Nuestra Cuba revolucionaria, justa, progresista, está agonizando. Y pareciera estar naciendo en su lugar una Cuba diabólicamente parecida en su esencia a su enemigo.
Hace muchos años le dediqué un poemario al Comandante Fidel Castro Ruz titulado "Ante la verdad muere la razón" (Cosa de la cual jamás me arrepentiré pues en su momento lo merecía)... Y ahora cuando la verdad y la razón son diametralmente opuestas a aquellas que inspiraron mi poesía, le dedico a Castro de nuevo el título y ratifico: Ante la verdad muere la razón...
La revolución cubana es hoy el cadáver insepulto de un ideal que promovía equidad, justicia y dignidad, pero que ahora convierte en zombie a todo el que se le acerque bien para detractar, bien para lisonjear.
Los humanistas estamos de duelo.
El mundo ha quedado practicamente solo a merced de la locura belicista y traicionera. Adiós comandante. Nunca olvidaré los días de gloria que gracias al sueño cubano viví. Y en mis recuerdos prevalecerá el orgullo de haber estado a su lado cuando a su lado debía estarse. Pero hasta aquí llegué.
Descansen en paz los miles de inocentes muertos en guerras genocidas iniciadas por el águila calva. Pero también descansen en paz los muertos cubanos que recibieron su último adiós con un aplauso de balas porque cometieron el terrible crimen de querer huir de una realidad que se tragaba sus sueños. Adiós comandante Castro. Nos volveremos a ver quizás en el infierno... pero sin Virgilio acompañándonos para salir de él.
Aída Beccaría País
publicado en el diario "Chacao 2000" . Caracas- Venezuela

Acerca de mí

ALGÚN LUGAR DEL PLANETA, AMÉRICA, Venezuela
Sobre la autora: Estudió bachillerato MENCIÖN: Ciencias y no estudió Humanidades para entrar en cualquier lado (qué claridad de ideas) Al graduarse se inscribió en Medicina, yéndose 3 meses después a estudiar Biología Marina a la U.D.O e ingresando poco después en Letras en la U.C.V. Graduándose finalmente en 1982 de Ténico Superior en Administración... Gracias a una palanca de su papá le entregaron en Italia la credencial de periodista con la que escribió en pasquines de tercera Ha trabajado como maestra, publicista, ceramista, guionista, y actualmente maneja una empresa que, seguramente, sabrá conducir exitosamente a la quiebra. De ella podemos decir también que "Exhibe un uso abusivo de la metáfora" como bien lo reseñara en su momento Ruth Capriles... Ha participado unas veinte veces en el concurso de cuentos de El Nacional sin lograr ni las gracias por manuscritos nunca devueltos. Editó la revista AMBIDIESTRA que jamás pasó del 1er Nº. Hoy, con el beneplácito de sus dos únicos lectores da vida a este proyecto. Una obra desapasionante, cuya lectura seguramente usted podrá dejar de hacer...