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3/6/10

NO ENTIENDO NADA

La verdad que hoy no tengo ganas de profundos análisis y mucho menos de esforzarme en hacer escritos medianamente inteligentes buscando raíces políticas o culturales de nada.


Lo que quiero es descargar la soberbia rabia que tengo al ver cómo aquí lo estamos perdiendo todo y seguimos tan quieticos como si nada.

Y conste que no me estoy refiriendo ni a la propiedad privada, ni a las invasiones, ni a las expropiaciones, ni a las tomas ilegales, ni a la inseguridad, ni a los secuestros, ni a las matanzas por parte de malandros y sicarios todas las semanas, ni al derrumbe de autopistas o carreteras, ni al deterioro de parques y monumentos, ni a la crisis energética, ni a las inundaciones, ni a la proliferación de ranchos, ni a la intolerancia política, ni al cierre de estaciones de radio y televisión, ni a las amenazas públicas por parte del gobierno, ni a la invasión de cubanos en todos nuestros ámbitos, incluso militares. No, nada de eso.

Mi estado de ánimo actual (cercano al infarto) es netamente por razones domésticas. Razones del día a día...

Es que sencillamente me fui al mercado, cosa que procuro hacer muy poco pues o no tengo dinero (que es la regla), o me estreso demás con el tema de los  malandros y los atracos, o no quiero pasearme por todos los abastos y supermercados de la zona buscando lo que nunca se consigue... Pero acontece que se me antojó preparar un cevichito para la familia y asumí que esos ingredientes no estaban ni desaparecidos, ni escasos, ni difíciles de conseguir. Así que me empujé al mercado... ¡Más vale nunca lo hubiese hecho!

La curvina a 90 bs el kilo. Somos 8 personas. Mínimo dos kilos. 180... El cilantro (el cilantro carajo que no es sino monte) a 5 bs el kilo. Pero lo que me tumbó de espalda francamente fue constatar que el celery (el vulgar apio españa) está a 30 bolivares el kilo. Si agarras un apio medianamente grande ya lo pagas alrededor de 25 bolívares. Esto sin mencionar que los pimentones están a 30 el kilo y en algunos lugares incluso a 40...
Al final, el  cevivhe para 8 personas viene a costar más de 200 bolivares. ¿Y es que acaso pongo ceviche y más nada? Mínimo unas arepitas, unos pancitos o galletitas , unas papas. Digo yo...

Lo que me lleva a otra desgracia cotidiana: Para coseguir Margarina tienes que cuadrarte con algún empleado de un supermercado, pasarle dinero bajo cuerda para que cuando llegue la fulana Margarina te guarde dos.

Al enterarte que hay harina de maíz en cualesquiera de sus marcas o presentaciones (PAN, LA LUCHA, MISIA JUANA, etc.) a caerte a golpes porque no terminan de sacarla cuando ya voló.
Y el aceite de maíz hay que perseguirlo por toda la ciudad y esa persecución te puede llevar semanas.

Apartando las consideraciones ideológicas, o las políticas, incluso las morales (en todas ella hay mucho que decir), económicamente hablando jamás habíamos vivido en semejante situación paupérrima.

Las parrillas hace rato que dejamos de hacerla y no sólo por la carne sino por los complementos todos carísimos (tomate, aguacate, salchichas, aceite). Y porque a mi familia le da roña no poner hallaquitas en la parrilla. Así que para ahumar una carne sin guasacaca, sin ensalada, sin hallaquitas. Mejor no hacerla.
El hervidito de pescado es otra cosa que pasó a la historia por razones similares.
Y ahora, el simple y vulgar ceviche de curvina se volvió también un lujo.

Le tengo pánico a las listicas escolares de este año

Ni mencionar al más de millón que costará la inscripción del colegio
que se juntará con la renovación de una póliza de HCM para mi familia que no bajará de 5000 (la inicial).
Y ni digo nada del sustico permanente de que al carrito de la familia le pase algo porque cualquier repuesto es una fortuna.

Con semejante panorama no entiendo  a quienes no estando enchufados en el gobierno se encaleten una gorra y vayan por la vida bramando “Con hambre y sin empleo, con Chavez me resteo”

Quizás, la única forma de entender este arroz con mango sea analizando la cosa desde el odio social. Y tratar de comprender a quienes habiendo llevado por década tanta paliza, ahora curtidos, poco les importe seguir llevando palo a cambio de ver a otros caer...

Entre tanto, mis idas al mercado escasas se volverán inexistentes. Porque lo que soy yo si regreso al mercado, capaz y sufro un ACV. Con el agravante que los hospitales no tienen equipo. Los CDI tienen equipo pero no tienen médicos. Y las clínicas que tienen unos y otros no tienen atención cristiana (sin tarjeta de crédito o seguro te puedes ir con tu cuchillo en la espalda que no existirás para nadie)

Llegados a este punto tengo que recordar necesariamente a Mafalda: “Somos una clase media ... media idiota diría yo”

¿Será que en algún punto de una cuarta dimensión jamás conocida me metieron en una serie de “lost “ y ni cuenta me dí? Porque no entiendo...

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Tengo muchas cosas que decir y poco tiempo para hacerlo
¿O será que tengo mucho tiempo para hablar pero pocos recursos para hacerlo?

ADIOS COMANDANTE

Con gran dolor admito que hasta aquí acompañé con ideales de justicia, con emoción de quien cree en la igualdad y en el hombre, al comandante Fidel Castro.
En los años 59 Batista merecía el enfrentamiento que se le hizo. Y luego la alianza con la Unión Soviética era del todo necesaria para poder controlar la amenaza norteamericana.
Posteriormente, muchos años después, mantenerse vivos a pesar del bloqueo salvaje del que todos de una forma u otra hicimos víctima a Cuba, obligaba a querer, admirar y respetar a Castro y el valiente proceso que intentaba llevar a cabo contra todo pronóstico.
Sin embargo, en silencio, ya a finales de los noventa, me he venido preguntando ¿Por qué de nuevo dos Cubas, una para el turista y otra para el residente? ¿Por qué de nuevo el cubano se juega la vida a cambio de un puñado de dólares? ¿Por qué se está prostituyendo de nuevo la mujer cubana?
Las respuestas a éstas y otras muchas dolorosas incertidumbres las he venido escondiendo con vehemencia dentro de mis vísceras. Yo deseaba y necesitaba creer que para todo había una razón. Y que Cuba me demostraría y le demostraría al mundo que continuaba siendo un estandarte de justicia e igualdad. Que esa isla pequeña y hermosa continuaba siendo el único freno real contra el salvajismo plenipotenciario de Estados Unidos de Norteamerica. Y que este "desliz" con el que yo cuestionaba mis propios ideales era temporal.
Me repetí a mi misma centenares de veces que quizás, motivados por el bloqueo y la supervivencia se estaban cometiendo algunos errores. Pero que no tardaría en llegar de nuevo el día en el que Cuba sin equívocos demostrara que había vuelto al camino de la justicia social.
Pero ese día de gloriosa justificación no llega... Y muy por el contrario, la tiniebla parece cubrir cualquier esperanza. Ya no brillan más estrellas en el cielo de la justicia cubana. No más Ojedas, ni Balmacedas ni Guevaras. Los ideales por los cuales durante décadas se luchó, están reventando uno a uno como ídolos de barro.
Una mañana nos despertamos muchos aceptando que ya sólo nos quedaba entre las manos trazos de lo que una vez fuera verdad...
Y así, con profunda tristeza admito que Cuba perdió el norte...O el "Norte" logró finalmente que se perdiera Cuba... No lo sé. Lo único que tengo claro es que si bien la política norteamericana continúa siendo genocida, dominante y hegemónica, no deja de ser menos cierto que la insolente y anacrónica perpetuidad anidó en la política cubana.
Por eso este adiós humilde. Un susurro que uno a las voces de los que hoy se sorprenden diciendo "¡Hasta Aquí!"
Nuestra Cuba revolucionaria, justa, progresista, está agonizando. Y pareciera estar naciendo en su lugar una Cuba diabólicamente parecida en su esencia a su enemigo.
Hace muchos años le dediqué un poemario al Comandante Fidel Castro Ruz titulado "Ante la verdad muere la razón" (Cosa de la cual jamás me arrepentiré pues en su momento lo merecía)... Y ahora cuando la verdad y la razón son diametralmente opuestas a aquellas que inspiraron mi poesía, le dedico a Castro de nuevo el título y ratifico: Ante la verdad muere la razón...
La revolución cubana es hoy el cadáver insepulto de un ideal que promovía equidad, justicia y dignidad, pero que ahora convierte en zombie a todo el que se le acerque bien para detractar, bien para lisonjear.
Los humanistas estamos de duelo.
El mundo ha quedado practicamente solo a merced de la locura belicista y traicionera. Adiós comandante. Nunca olvidaré los días de gloria que gracias al sueño cubano viví. Y en mis recuerdos prevalecerá el orgullo de haber estado a su lado cuando a su lado debía estarse. Pero hasta aquí llegué.
Descansen en paz los miles de inocentes muertos en guerras genocidas iniciadas por el águila calva. Pero también descansen en paz los muertos cubanos que recibieron su último adiós con un aplauso de balas porque cometieron el terrible crimen de querer huir de una realidad que se tragaba sus sueños. Adiós comandante Castro. Nos volveremos a ver quizás en el infierno... pero sin Virgilio acompañándonos para salir de él.
Aída Beccaría País
publicado en el diario "Chacao 2000" . Caracas- Venezuela

Acerca de mí

ALGÚN LUGAR DEL PLANETA, AMÉRICA, Venezuela
Sobre la autora: Estudió bachillerato MENCIÖN: Ciencias y no estudió Humanidades para entrar en cualquier lado (qué claridad de ideas) Al graduarse se inscribió en Medicina, yéndose 3 meses después a estudiar Biología Marina a la U.D.O e ingresando poco después en Letras en la U.C.V. Graduándose finalmente en 1982 de Ténico Superior en Administración... Gracias a una palanca de su papá le entregaron en Italia la credencial de periodista con la que escribió en pasquines de tercera Ha trabajado como maestra, publicista, ceramista, guionista, y actualmente maneja una empresa que, seguramente, sabrá conducir exitosamente a la quiebra. De ella podemos decir también que "Exhibe un uso abusivo de la metáfora" como bien lo reseñara en su momento Ruth Capriles... Ha participado unas veinte veces en el concurso de cuentos de El Nacional sin lograr ni las gracias por manuscritos nunca devueltos. Editó la revista AMBIDIESTRA que jamás pasó del 1er Nº. Hoy, con el beneplácito de sus dos únicos lectores da vida a este proyecto. Una obra desapasionante, cuya lectura seguramente usted podrá dejar de hacer...