Ese chinchorro está ocioso ¡Exprópiese!

Diario de una acción revolucionaria, en pro del rescate de un chinchorro ocioso, ejecutada, narrada, comentada y alabada por el propio Negro Segundo Wilymen... Ocurrió una día cualquiera. La gente se quejaba de las altas temperaturas. Pero no era calor realmente. Tan sólo una “sensación térmica” El ministro del ambiente aclaró muy bien ese punto. Los ojos picaban un poquito porque las arenas del desierto del Sahara volaron hasta Catia La Mar y se mezclaron con el humo de la leña de los sancochos allá arriba en Casalta y Guarataro. Porque este valiente pueblo, decidido a hacer justicia le dice “¡No volverán!” a las hornillas eléctricas y a las bombonas de gas. El cielo se ve rico. Se parece a la ciudad ésa Londres. Y eso me pone feliz. Vamos camino a ser “Los neblinosos soberanos” y demostrar así que los oligarcas no son los únicos con el privilegio de una ciudad nostálgica. Los disociados quieren hacerle creer a la gente que es contaminación. Pero no es cierto. Es tan sólo una neblina creada a propósito para dar un ambiente bucólico a la capital. De pronto, la paz del día se interrumpe a consecuencia de un gritillo - “Agárrenlo, que se escapa” Por el corre-corre me figuro que alguien huye y una turba lo persigue. Y me da rabia. Seguro que algún ladronzuelo simpaticón de ésos que la abuelita mandaba a robar gallinas fue agarrado con las manos en la masa y esta gente llena de odio quiere su cabeza. Lo que quieren estos contrarevolucionarios es desestabilizar. Mis meditaciones son súbitamente interrumpidas por tres detonaciones. Y luego casi de inmediato el chillido histérico de unas viejas escuálidas diciendo: “Maldiiitos, me mataron a mi muchacho, me lo mataron, como a un perro” Pero bueno ¿Hasta cuándo querrán estos imperialistas generar la matriz de opinión de que en Venezuela matan a la gente todos los días y que somos un país inseguro? Yo me apuesto el salario reposero de tres meses que a ése no lo mató nadie. Fue un enfrentamiento de bandas o le dio un infarto por tanto odio que guardaba entre pecho y espalda Convencido que la lucha contra la desinformación es dura y mucho lo que aun hay que hacer reemprendo mi marcha siempre adelante. Adelante si. Adelante a luchar milicianos con mis compañeros de la revolución. ¡Tuve un deja vú! ¡Ya había vivido este pensamiento! En la calle de enfrente veo la enorme cola para entrar a Mercal ¡Qué orgulloso me siento de ser hijo de esta revolución! Cada vez más y más los venezolanos que pueden comprar. Antes ni por el carrizo que veías ésas colas. Pero desgraciadamente, los oligarcas buscan hacerle creer a quien quiera creerlo que esas colas son porque hay desabastecimiento y cuando aparece algún producto la gente amanece para llevarse una bolsita. Y eso es falso de toda falsedad. La cola lo que significa es que ahora son más los que pueden comprar. Es tan grande el odio que le tienen a mi comandante que llenan las calles de porquería para crear la “sensación” de basura no recogida. Ya no saben qué hacer para que en el exterior piensen que estamos llenos de contraminación y moscas Veo en el cielo unas nubecitas grises. Ya pronto lloverá. Mi amado presidente mandó a bombardear las nubes para que lloviera. Y cuando llueva se llenará el Guri y los escuálidos se quedarán con las ganas de ver un desastre eléctrico "Porque no hay fallas de servicio eléctrico, lo que hay es precaución y organización para evitar que suframos las consecuencias del calentamiento global provocado por los imperialistas. De pronto, resplandeciendo entre dos matapalos veo un chinchorro. El muérgano chinchorro está solo. Está ocioso. Nadie se mece en él ¡Eso  no puede ser! Inmediatamente me comunico con mi comando e informo: “Aquí Negro Segundo Wilymen reportando la novedad de un chinchorro ocioso en la vereda. No se ve a nadie en él. Me cuentan los vecinos que el chinchorro lleva semanas solo” No es posible que con tanta necesidad de echarse para no hace un carrizo que tenemos muchos revolucionarios , exista un chinchorro quietico sin nadie adentro ¡Es contra revolucionara eso! ¡El dueño de ése chinchorro tiene que entender y cooperar o atenerse a las consecuencias! No han pasado ni quince minutos y recibo la feliz llamada desde la propia secretaria de Miraflores: “¿Cómo es la cosa, un chinchorro ocioso a las sombras de un matapalo? ¡No puede ser! ¡Exprópiese!”... Y la orden se cumple...Porque Venezuela ahora es un país de oportunidades para todos. Un país en donde lo importante somos nosotros (los chavistas).¡Así, así, así es que se gobierna! Y desde entonces, el chinchorro ahora ocupado "se mece suavemente a la sombra de un matapalo, mientras la espuma del río trae recuerdos lejanos".