Domingo...
¿Domingo? ¿Es domingo? ¿Qué más da? A mi me da lo mismo. Ya no puedo hacer aquello de comprar tempranito varios periódicos, tomar un café en la panadería, regresar a casa a desayunar con la familia mientras leo y discuto las noticias impresas. Primero porque ya no hay periódico, al gobierno no le dio la gana de darles las divisas para importar el papel que ya no producimos a toda esa gente, para que yo y muchos otros pudiésemos comprar la prensa con su revista dominguera. Segundo, porque el café en la panadería cuesta mucho dinero y es así como absurdo descompensar presupuestos precarios por un café que me puede hasta costar la vida porque tempranito en las calles ya no es a los vecinos a los que me voy a encontrar, sino probablemente a uno de esos malandros que andan sueltos atracando y matando...
Ya no puedo sentarme, como solía hacerlo en el patio para servir un rico desayuno dominguero sabroso y dicharachero, en donde las arepas y los rellenos se mezclan con noticias, con historias familiares, con "yo te dije" "te voy a contar" "sabías que..." puesto que la mayor parte de los ingredientes para ese desayuno no existen y cuando aparecen, cuestan largas colas y nunca están todos juntos al mismo tiempo. Además el ánimo no da para ese sol mañanero y esa mesa multicolor preñada de cuentos. El ánimo da para un sorbo de cualquier cosa que puede ser o no café, un pan relleno de cualquier cosa que puede o no ser queso o jamón y un mascullado "buen día" que ya nadie en mi casa se cree...
Ya no puedo hacer como solía, dedicarle algunas horas de mi domingo a trabajar mis cuentos y mis anotaciones pues a cambio debo dedicar ese tiempo en "cazar" noticias en la red, verificar cuentas, hacer y recibir llamadas para lograr "saber algo" de lo que ocurre en el país ya que no están allí mis periódicos domingueros para contarme y tampoco la tele me lo dice, así como no me lo dice el lunes, ni el martes, ni el miércoles, ni el jueves, ni el viernes, ni el sábado...
Ya no puedo planificar almuerzos especiales según peticiones familiares porque de lo que se trata ahora es de abrir la nevera y la despensa, ver qué hay y sobre lo que exista improvisar ¿Cómo planifico menú cuando lo que tengo es lo que conseguí tras dedicar un día entero a visitar varios mercados, bodegas y supermercados, persiguiendo cualquier cosa que esté en anaqueles, lo que se une a aquello que tan gentilmente trajo la amiga, y a lo otro que consiguió la cuñada en su propio peregrinar?...
Ya no hay tardes de paseo al parque o al pueblo o a la piscina... Ahora los días domingo son de marchas, de pancartazos, de concentraciones, de asambleas. Son días de gorro y bandera, de la oración al salir por la puerta: "Dios cuídanos y permite regresar con bien" Son días de sentirse culpable por pedirle a dios eso porque antes que uno otros miles pidieron lo mismo y jamás volvieron ...Y se llenan las piernas de un hormigueo desagradable, falta el aire, impotencia, dolor, incertidumbre. Todo igualito que ayer..
Se fue mi domingo al carajo, como se fueron mis derechos y el de todos ustedes que me leen y viven en este país. Pues sepan que ya sin importar de qué color es su pensamiento, usted al igual que yo, no tiene garantía alguna como ciudadano ni dentro, ni fuera de su casa. Cualquier día de la semana, en cualquier mes a usted lo pueden vulnerar...
Los domingos son días de los mismos temores, las mismas preguntas, los mismas impotencias que ayer y que antes de ayer. Ya no hay diferencia. Domingo podía ser lunes y lunes jueves y si no veo un calendario no me entero... es lo mismo.
En dictadura se descubre entre otras amargas cosas, que todos los días son lo mismo...que no hay domingo. Que no hay vida. Que todo se reduce a resistir y sobrevivir...
@aidabeccaria
¿Domingo? ¿Es domingo? ¿Qué más da? A mi me da lo mismo. Ya no puedo hacer aquello de comprar tempranito varios periódicos, tomar un café en la panadería, regresar a casa a desayunar con la familia mientras leo y discuto las noticias impresas. Primero porque ya no hay periódico, al gobierno no le dio la gana de darles las divisas para importar el papel que ya no producimos a toda esa gente, para que yo y muchos otros pudiésemos comprar la prensa con su revista dominguera. Segundo, porque el café en la panadería cuesta mucho dinero y es así como absurdo descompensar presupuestos precarios por un café que me puede hasta costar la vida porque tempranito en las calles ya no es a los vecinos a los que me voy a encontrar, sino probablemente a uno de esos malandros que andan sueltos atracando y matando...
Ya no puedo sentarme, como solía hacerlo en el patio para servir un rico desayuno dominguero sabroso y dicharachero, en donde las arepas y los rellenos se mezclan con noticias, con historias familiares, con "yo te dije" "te voy a contar" "sabías que..." puesto que la mayor parte de los ingredientes para ese desayuno no existen y cuando aparecen, cuestan largas colas y nunca están todos juntos al mismo tiempo. Además el ánimo no da para ese sol mañanero y esa mesa multicolor preñada de cuentos. El ánimo da para un sorbo de cualquier cosa que puede ser o no café, un pan relleno de cualquier cosa que puede o no ser queso o jamón y un mascullado "buen día" que ya nadie en mi casa se cree...
Ya no puedo hacer como solía, dedicarle algunas horas de mi domingo a trabajar mis cuentos y mis anotaciones pues a cambio debo dedicar ese tiempo en "cazar" noticias en la red, verificar cuentas, hacer y recibir llamadas para lograr "saber algo" de lo que ocurre en el país ya que no están allí mis periódicos domingueros para contarme y tampoco la tele me lo dice, así como no me lo dice el lunes, ni el martes, ni el miércoles, ni el jueves, ni el viernes, ni el sábado...
Ya no puedo planificar almuerzos especiales según peticiones familiares porque de lo que se trata ahora es de abrir la nevera y la despensa, ver qué hay y sobre lo que exista improvisar ¿Cómo planifico menú cuando lo que tengo es lo que conseguí tras dedicar un día entero a visitar varios mercados, bodegas y supermercados, persiguiendo cualquier cosa que esté en anaqueles, lo que se une a aquello que tan gentilmente trajo la amiga, y a lo otro que consiguió la cuñada en su propio peregrinar?...
Ya no hay tardes de paseo al parque o al pueblo o a la piscina... Ahora los días domingo son de marchas, de pancartazos, de concentraciones, de asambleas. Son días de gorro y bandera, de la oración al salir por la puerta: "Dios cuídanos y permite regresar con bien" Son días de sentirse culpable por pedirle a dios eso porque antes que uno otros miles pidieron lo mismo y jamás volvieron ...Y se llenan las piernas de un hormigueo desagradable, falta el aire, impotencia, dolor, incertidumbre. Todo igualito que ayer..
Se fue mi domingo al carajo, como se fueron mis derechos y el de todos ustedes que me leen y viven en este país. Pues sepan que ya sin importar de qué color es su pensamiento, usted al igual que yo, no tiene garantía alguna como ciudadano ni dentro, ni fuera de su casa. Cualquier día de la semana, en cualquier mes a usted lo pueden vulnerar...
Los domingos son días de los mismos temores, las mismas preguntas, los mismas impotencias que ayer y que antes de ayer. Ya no hay diferencia. Domingo podía ser lunes y lunes jueves y si no veo un calendario no me entero... es lo mismo.
En dictadura se descubre entre otras amargas cosas, que todos los días son lo mismo...que no hay domingo. Que no hay vida. Que todo se reduce a resistir y sobrevivir...
@aidabeccaria
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