El último en salir que apague la luz
Sino hacemos algo contundente para impedir este éxodo, sino aceptamos que la democracia para que sea tal debe ejercerse y por lo tanto ejecutarse, será mejor comenzar a despedirnos todos. Porque continuará el éxodo.
No es hora de dividirnos quienes estemos en contra de esta realidad. Es tiempo de unirnos en un único propósito. Caso contrario es seguirle el juego a quienes "nos están echando de casa" y entonces el último en salir que apague la luz...
Hace un tiempito un viejo amigo, compañero de ideas y tormentos, me confesó que estaba evaluando seriamente la posibilidad de irse del país. Desde que escuché esto decenas de conocidos no lo pensaron... lo hicieron.
Los Consulados se han tornado más exigentes porque no estaban preparados para esta estampida y tratan de poner controles, a veces exagerados. Pero ni eso desanima el éxodo.
En lo personal ya le he dicho adiós y me he despedido de muchísima gente (demasiada quizás). Incluso de gente de escasos recursos que tuvieron que hacer magia para conseguir el pasaje. Como el caso de una comadre en Tucupita que hizo lo inimaginable para irse y llevarse a sus hijos
Cuando le dije a mi comadre que irse a pasar trabajo y penurias al extranjero no es mi idea de mejorar, me respondió "prefiero eso y que lo que logre me alcance para vivir dignamente y levantar a mis hijos que pasarme la vida con el sustito de que me los maté un delincuente para quitarles cualquier cosa, y que mi sueldo no me alcance ni para comprarle cuadernos a mis muchachos"
¿Cómo se objeta eso?
Ya no se trata sólo de familias adineradas. No estamos hablando de universitarios egresados. Ya no son los hijos de inmigrantes que conservaron nexos con su país de origen. Ya no es un asunto focalizado. Ahora es un tema de colectividad. Mucha gente se está yendo o cuando menos sueña con hacerlo. Cosa grave ésta. Indicativo inequívoco de lo mal que está todo.
Se nos está fugando no sólo el talento. Sino también la esperanza.
Y mi sensación es que "nos están echando de casa"
Venezuela es ahora la nación petrolera que importa gasolina, que tiene reos más armados y organizados que sus fuerzas militares, que deja descomponer toneladas y toneladas de alimento. Es el país que tiene cada semana un listado de fallecidos a manos del hampa superior a cualquier parte de guerra. Es la patria donde altos funcionarios “se dan de cuenta” y en donde ofender y humillar públicamente en medios de comunicación es válido. Una nación dividida en la que las nuevas generaciones se educan bajo el principio “quien no está conmigo está en mi contra” En donde los hospitales han colapsado, no hay insumos, todo cuesta cifras inalcanzables para la mayor parte de las personas. Es un territorio sin ley en donde la seguridad social es tan sólo “un proyecto a futuro”. Donde la agricultura y la ganadería sufren el revés histórico más importante que se recuerde. Una nación con presos políticos. Una nación de la que se han ido centenares de empresas que daban trabajo a miles de compatriotas. Donde hay que sufrir para conseguir una medicina y esperar meses por un cupo en el hospital. Un país que a diario sufre la agonía de horas y horas sin luz. Donde el agua potable es barro. Donde se le enseña a un sector de la población que sus carencias son culpa de otro sector y deben reclamarlas de la forma que sea. Un territorio controlado por un gobierno estatista y monopolista que no permite la competencia . Nos han convertido en esta parodia de nación "comunitaria" donde regalan una casa que el viento estremece a cambio de un eterno peregrinar en marchas es "progreso". Un país donde un lago amenaza con tragarse un barrio entero y nadie mueve un dedo para evitarlo. En fin, somos una país de donde mucha gente se quiere ir...
No es hora de dividirnos quienes estemos en contra de esta realidad. Es tiempo de unirnos en un único propósito. Caso contrario es seguirle el juego a quienes "nos están echando de casa" y entonces el último en salir que apague la luz...
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