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15/4/07

Cuando no se tiene integridad ni autoestima

Creo que en la vida pueden faltar muchas cosas. Pero si algo me resulta absolutamente imprescindible a mi es la DIGNIDAD. He visto no una, sino centenares de veces cómo las personas se tragan su dignidad y su orgullo porque les aterra por ejemplo verse solos. Y toleran lo intolerable porque no se sienten capaces de echar para adelante su existencia sino tienen compañía. Mujeres que toleran maridos que las humillan y traicionan porque se sienten incompetentes de enfrentar la vida por si mismas. Trabajadores que nunca ascienden ni mejoran posiciones porque se pasan la vida defendiendo un salario y aguantando majaderías e sólo por no perder el sueldito de quince y último. Y he visto gente hablando para adelante y para atrás, según las circunstancias. Detractando o enalteciendo a conveniencia porque ven con ello la oportunidad de figurar.Y todo este nutrido grupo de seres siempre andan por la vida arrastrando pesadísimas cadenas. Viven literalmente inmersos en las sombras de sus semejantes. Porque una cosa es perdonar un error cometido por otro o por uno mismo, concediendo una segunda oportunidad, y otra cosa muy diferente es ser reiterado en esto de doblegarse y venderse por miedo y por incapacidad emocional.Quienes así se comportan merecen vivir el resto de sus vidas con un sueldo de miseria, subalternos perennes. Merecen parejas que se dediquen a repasarles la humillación siempre que sea posible y merecen que aquellos a quienes lisonjean no volteen siquiera a verles la cara.Nada hay nada más valioso que la dignidad."No debe perderse bajo absolutamente ninguna circunstancia. Ni bajo presión. Ni deprimidos. Ni ofuscados.Mi dignidad me ha permitido llegar donde estoy. Y gracias a mi dignidad se me olvida mi sobre peso cuando estoy en la calle, trabajando, en una corrected" id="SPELLING_ERROR_5">entrevista o teniendo sexo con mi esposo. Realmente SE ME OLVIDA. Y es obvio que debe proyectarse, porque siempre me escuchan. Siempre llego donde quiero llegar (aunque muchas veces la meta no sea la esperada pero ésa es otra voz).Gracias a mi dignidad he podido dejar por el camino parejas y amistades a las que quería con todo el corazón, sin remordimientos y sin voltear hacia atrás. Viendo siempre hacia adelante. Gracias a mi dignidad las críticas que tanto duelen siempre han terminado por sanar, dejando leves marcas y fortaleciendo mi espíritu. Haciendo que vuelva a empezar donde me quedé porque sólo la muerte será más poderosa que yo. Y gracias a mi dignidad es que tengo la familia que tengo y gozo de los privilegios de tener el esposo y la hija que acompañan mi existencia.Yo no me devuelvo. No recorro el mismo camino más de dos veces. Y si saco a alguien de mi vida (tras haberle dado dos oportunidades), escríbanloa mi vida no vuelve a entrar.Una vez un amigo judío me dijo que él SIEMPRE CONCEDÍA UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD a quien se la solicitara tras cometer un error. PERO LO QUE NUNCA HACÍA ERA CEDER DANDO A LA MISMA PERSONA UNA TERCERA OPORTUNIDAD... porque entonces, cualquier cosa que ocurriese no sería culpa del otro sino propia... y es así de sencillo. No olviden: la dignidad tiene tanto o más poder que el dinero. No le tengan miedo pues.Aída Beccaría

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y los que no tenemos ni dignidad, ni orgullo, ni amor propio, ni dinero, ni perro que nos ladre y cuando nos vemos en el espejo somos petisos, rechonchos, calvos, y con diente de conejo. Como le hacemos. Me puede alguien decir?
Se vale tener dignidad en un caso asi?

Anónimo dijo...

Seras gafo solukasquéseyo. Es justamente eso: TENER DIGNIDAD BAJO LA CIRCUSNTANCIA QUE SEA Y NO SER UN ARRASTRADO. EL QUE SEAS EL HIJO FEO DEL JOROBADO NO SIGNIFICA QUE NO TENGAS DIGNIDAD.

Anónimo dijo...

Yo dignidad tengo. Lo que no tengo es toooooodoooooo lo demás. Pero dignidad tengo por carajazos. y muy cierto, es bueno llevar siempre encima sobredosis de autoestima y dignidad. Es que hay mas de un coño de madre suelto dispuesto a patearte el trasero!!!!

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Tengo muchas cosas que decir y poco tiempo para hacerlo
¿O será que tengo mucho tiempo para hablar pero pocos recursos para hacerlo?

ADIOS COMANDANTE

Con gran dolor admito que hasta aquí acompañé con ideales de justicia, con emoción de quien cree en la igualdad y en el hombre, al comandante Fidel Castro.
En los años 59 Batista merecía el enfrentamiento que se le hizo. Y luego la alianza con la Unión Soviética era del todo necesaria para poder controlar la amenaza norteamericana.
Posteriormente, muchos años después, mantenerse vivos a pesar del bloqueo salvaje del que todos de una forma u otra hicimos víctima a Cuba, obligaba a querer, admirar y respetar a Castro y el valiente proceso que intentaba llevar a cabo contra todo pronóstico.
Sin embargo, en silencio, ya a finales de los noventa, me he venido preguntando ¿Por qué de nuevo dos Cubas, una para el turista y otra para el residente? ¿Por qué de nuevo el cubano se juega la vida a cambio de un puñado de dólares? ¿Por qué se está prostituyendo de nuevo la mujer cubana?
Las respuestas a éstas y otras muchas dolorosas incertidumbres las he venido escondiendo con vehemencia dentro de mis vísceras. Yo deseaba y necesitaba creer que para todo había una razón. Y que Cuba me demostraría y le demostraría al mundo que continuaba siendo un estandarte de justicia e igualdad. Que esa isla pequeña y hermosa continuaba siendo el único freno real contra el salvajismo plenipotenciario de Estados Unidos de Norteamerica. Y que este "desliz" con el que yo cuestionaba mis propios ideales era temporal.
Me repetí a mi misma centenares de veces que quizás, motivados por el bloqueo y la supervivencia se estaban cometiendo algunos errores. Pero que no tardaría en llegar de nuevo el día en el que Cuba sin equívocos demostrara que había vuelto al camino de la justicia social.
Pero ese día de gloriosa justificación no llega... Y muy por el contrario, la tiniebla parece cubrir cualquier esperanza. Ya no brillan más estrellas en el cielo de la justicia cubana. No más Ojedas, ni Balmacedas ni Guevaras. Los ideales por los cuales durante décadas se luchó, están reventando uno a uno como ídolos de barro.
Una mañana nos despertamos muchos aceptando que ya sólo nos quedaba entre las manos trazos de lo que una vez fuera verdad...
Y así, con profunda tristeza admito que Cuba perdió el norte...O el "Norte" logró finalmente que se perdiera Cuba... No lo sé. Lo único que tengo claro es que si bien la política norteamericana continúa siendo genocida, dominante y hegemónica, no deja de ser menos cierto que la insolente y anacrónica perpetuidad anidó en la política cubana.
Por eso este adiós humilde. Un susurro que uno a las voces de los que hoy se sorprenden diciendo "¡Hasta Aquí!"
Nuestra Cuba revolucionaria, justa, progresista, está agonizando. Y pareciera estar naciendo en su lugar una Cuba diabólicamente parecida en su esencia a su enemigo.
Hace muchos años le dediqué un poemario al Comandante Fidel Castro Ruz titulado "Ante la verdad muere la razón" (Cosa de la cual jamás me arrepentiré pues en su momento lo merecía)... Y ahora cuando la verdad y la razón son diametralmente opuestas a aquellas que inspiraron mi poesía, le dedico a Castro de nuevo el título y ratifico: Ante la verdad muere la razón...
La revolución cubana es hoy el cadáver insepulto de un ideal que promovía equidad, justicia y dignidad, pero que ahora convierte en zombie a todo el que se le acerque bien para detractar, bien para lisonjear.
Los humanistas estamos de duelo.
El mundo ha quedado practicamente solo a merced de la locura belicista y traicionera. Adiós comandante. Nunca olvidaré los días de gloria que gracias al sueño cubano viví. Y en mis recuerdos prevalecerá el orgullo de haber estado a su lado cuando a su lado debía estarse. Pero hasta aquí llegué.
Descansen en paz los miles de inocentes muertos en guerras genocidas iniciadas por el águila calva. Pero también descansen en paz los muertos cubanos que recibieron su último adiós con un aplauso de balas porque cometieron el terrible crimen de querer huir de una realidad que se tragaba sus sueños. Adiós comandante Castro. Nos volveremos a ver quizás en el infierno... pero sin Virgilio acompañándonos para salir de él.
Aída Beccaría País
publicado en el diario "Chacao 2000" . Caracas- Venezuela

Acerca de mí

ALGÚN LUGAR DEL PLANETA, AMÉRICA, Venezuela
Sobre la autora: Estudió bachillerato MENCIÖN: Ciencias y no estudió Humanidades para entrar en cualquier lado (qué claridad de ideas) Al graduarse se inscribió en Medicina, yéndose 3 meses después a estudiar Biología Marina a la U.D.O e ingresando poco después en Letras en la U.C.V. Graduándose finalmente en 1982 de Ténico Superior en Administración... Gracias a una palanca de su papá le entregaron en Italia la credencial de periodista con la que escribió en pasquines de tercera Ha trabajado como maestra, publicista, ceramista, guionista, y actualmente maneja una empresa que, seguramente, sabrá conducir exitosamente a la quiebra. De ella podemos decir también que "Exhibe un uso abusivo de la metáfora" como bien lo reseñara en su momento Ruth Capriles... Ha participado unas veinte veces en el concurso de cuentos de El Nacional sin lograr ni las gracias por manuscritos nunca devueltos. Editó la revista AMBIDIESTRA que jamás pasó del 1er Nº. Hoy, con el beneplácito de sus dos únicos lectores da vida a este proyecto. Una obra desapasionante, cuya lectura seguramente usted podrá dejar de hacer...